La cultura de la adopción



¿Cuál es la percepción social que se tiene hoy día frente al fenómeno de la adopción? ¿Cuáles son los pensamientos y sentimientos que suscita la presencia de un niño adoptado o de unos padres adoptantes?








En primer lugar, existe una falsa idea muy generalizada de poder controlar los genes. Se cree que, si los hijos son “biológicos”, existen menos riesgos de enfermedades hereditarias o de patologías psicológicas. Éste es uno de los miedos a los que, consciente o inconscientemente, se enfrenta cualquier persona que decida adoptar.


Frente a los deterministas de la herencia biológica, existen los que apuestan por la importancia de la cultura, la educación, la atención y el cariño. Sin llegar a aceptar por completo la tesis aristotélica que que el niño, al nacer, es una tabula rasa, una mente en blanco, sí piensan que “no se es de donde se nace, sino de donde se pace”.Aunque muchos padres y madres adoptantes no lo sepan, cuando superan el miedo social a cómo va a ser el niño o la niña ya nacidos, que ellos no han engendrado ni gestado, están siguiendo la tesis roussoniana de que el ser humano es bueno por naturaleza. De que es la cultura la que puede malearlo




La adopción no es una moda, ha estado en nuestras vidas desde siempre.


José de Arimatea era padre adoptivo de Jesús de Nazaret o que Moisés, fue adoptado por la hija del faraón. Y la sociedad en general no ha puesto demasiada atención en el hecho de que grandes figuras de la historia antigua, como el emperador Octavio, había sido adoptado por César. O que también fueron adoptados en su día grandes escritores, como Charles Dickens, cantantes, como John Lennon, actores, como Richard Burton, o políticos, como Nelson Mandela. Los ejemplos llenarían páginas y páginas de historia y cultura. Pero, para muestra, basta un botón. Tal vez sirvan estas simples menciones para contribuir a deshacer otra idea preconcebida sobre la menor posibilidad de éxito social o de realización personal de los hijos adoptivos sobre los biológicos que viven con sus padres.


Que nos encontramos los padres  adoptivos.











Sin embargo, los padres y madres que han adoptado o se disponen a hacerlo no deben sorprenderse de que en los momentos más inesperados puedan sentirse contrariados por las reacciones de algunas personas. Podrán encontrarse con preguntas impertinentes, comentarios nacidos de la ignorancia o del prejuicio, o gestos silenciosos de superioridad o de sospecha. Los cambios sociales, para que sean profundos, necesitan su tiempo. Es el tiempo que nos damos mientras educamos a nuestras hijas e hijos y  aprendemos nosotros mismos a lidiar con la semejanza y con la diferencia, con nuestros propios temores y prejuicios. El tiempo necesario para integrar día a día la maravillosa experiencia de dar y de recibir amor de seres que, como dice el lema de Andeni, una de las Asociaciones que ayudan a adoptar, “no tendrán tus ojos, pero tendrán tu sonrisa”.






El fenómeno de la adopción internacional ha sacado a la luz pública un hecho del que no se hablaba. Ha convertido un tabú en algo absolutamente normal. Un concepto jurídico, abstracto para la mayoría de las personas, en una realidad que se puede oler y tocar. Han proliferado los artículos de prensa, los reportajes, las noticias, la publicación de testimonios personales, los estudios médicos y sociológicos, los libros, las leyes y reglamentos de cada país al respecto, los acuerdos internacionales. Del ámbito privado de algunas parejas y familias que llevaban este asunto como algo vergonzante, ha pasado a ser un fenómeno que se expande, saltando las fronteras geográficas y las fronteras de la mente y de los prejuicios. Se está creando toda una cultura de la adopción, que se integra en la cultura general del siglo XXI y la enriquece: la cultura de la familia, de la demografía, de la integración racial y cultural, de la pediatría, de la psicoterapia, de la educación infantil… Buena muestra de ello y muy positiva lo constituye estas Terceras Jornadas de Adopción y Salud.


Pero sólo estamos en los comienzos, por mucho que en algunos países como Canadá o Estados Unidos lleven ya unas décadas de adelanto. A modo de ejemplo, en estos países, existen incluso Universidades y Centros privados, como en Ohio, Florida, o California, Ontario, para formar profesionales dedicados al mundo de la adopción.  


En España, a pesar de ser el segundo país del mundo en número total de adopciones internacionales y el primero por porcentaje de población, queda mucho por hacer, aunque es asombrosa la cantidad de profesionales, organizaciones y estudios dedicados exclusivamente a la adopción. Sobre todo, abundan los testimonios publicados, generalmente en los foros de internet y en las revistas de las distintas Asociaciones dedicadas a la Adopción internacional. Cualquiera que quisiera hacer una enciclopedia al respecto, tardaría años en recoger toda la información disponible y siempre le quedaría algo fuera. Además tendría que ponerla al día cada mes, por el volumen de cambios que se producen continuamente y de información que se genera a diario. Pero una cosa es lo que se escribe y otra lo que se lee y se difunde.


Como bien dice este artículo la adopción  enriquece la variedad de las familias, la demografía del país de acogida, la investigación sobre la salud y la educación infantil, el lenguaje, la psicología, pero, sobre todo, la vida de decenas de miles de menores y de sus familias.


Extraido de:http://alfonsocolodron.net/tao/?p=276
3 Responses
  1. Centdesitjos Says:

    Como siempre, tus entradas son muy interesantes...
    Gracias guapa!!!!


  2. Lyd Says:

    Muy interesante y constructivo. Mil gracias.


  3. Anónimo Says:

    Bien por el artículo, solo una precisión: José de Arimatea no es el mismo que José de Nazaret.