Abebech Gobena conocida tambien por "Madre Teresa de Africa"




ADDIS ABEBA (CNN) — Ver a un bebé intentando tomar leche del pecho de su madre muerta, cambió la vida de Abebech Gobena para siempre.


Fue en 1980, cuando Etiopía pasaba por una de las hambrunas más devastadoras de la historia.
Gobena, católica devota, iba de peregrinaje en un sitio sagrado en el noreste del país cuando se encontró con la mujer muerta y su hija, tiradas entre un mar de gente que moría de hambre.

“Cuando regresé, había tantas personas hambrientas tendidas por todos lados, no podías ni caminar”, dijo Gobena a CNN.
“Tenía un poco de pan conmigo, así que intenté darles de comer. Alimenté a dos hombres. Cuando alcancé a esta mujer, estaba muerta, pero había un bebé que todavía intentaba sorber la leche”, continuó.
“Uno de los choferes encargados de recoger los cuerpos me dijo, ‘estoy esperando a que se muera el bebé para que pueda recoger ambos cuerpos. No puedo soportar llevarme al bebé también mientras siga viva’”, dijo Gobena.
Sin pensarlo dos veces, Gobena tomó en sus brazos a la diminuta niña y se la llevó a la capital del país, Addis Abeba. En ese instante, transformó su futuro y el de la niña.

Perseguida por las imágenes de la gente moribunda, no pasó mucho tiempo para que Gobena regresara al campo, en un esfuerzo para encontrar agua para los locales desamparados. Se encontró con otro niño en los brazos de su padre moribundo.

Gobena dijo a CNN: “Al final del día, mientras regresábamos a casa nos encontramos con cinco personas, tres muertas, dos vivas. Uno de los hombres muriendo a un costado del camino me dijo, ‘Este es mi hijo. Se está muriendo. Yo me estoy muriendo. Por favor salva a mi hijo”.

Gobena llevó el bebé a su casa, lo que representó una amenaza para su propia seguridad, explicó a CNN.

“Era una hambruna terrible. No había autoridades. El gobierno en el momento no quería que el público se enterara de la hambruna. Así que tuve que pretender que los hijos eran míos y sacarlos de contrabando”.

Para el final de 1980, Gobena tenía 21 niños. Pero su deseo de salvar a los pequeños le causó problemas con su familia.

“Mi familia, mi esposo me dio un ultimátum, elige a los niños o elige tu vida”, dijo a CNN.

“Mis parientes, incluso mi madre dijeron: ‘Se volvió loca, debería ser internada en una institución para enfermos mentales'”.

Gobena continuó: “No era bienvenida en casa. Así que decidí mudarme hacia una tierra que compré con la intención de criar pollos. Me mudé a esta zona boscosa con los niños”.

Treinta años después Gobena, ahora más conocida como la Madre Teresa de África, es la fundadora del orfanato más viejo de Etiopía. Su legado de treinta años significa que crió a una generación de niños etíopes abandonados, huérfanos de la hambruna, la guerra y el Sida.

Sin embargo, dejar a su familia fue una decisión difícil para Gobena, quien ha luchado desde su infancia para obtener educación, un trabajo y una vida familiar segura.

Nació en 1938, y tenía sólo un mes cuando su padre murió en la guerra etio-italiana. Como dicta la tradición, fue criada por los padres de su papá hasta los 11 años, cuando fue enviada para casarse sin su consentimiento.

Se rebeló contra su matrimonio, huyó de su casa a Addis Abeba, donde logró conseguir una educación básica, obtuvo un empleo en control de calidad y se casó de nuevo.

Dijo a CNN: “He sufrido por las tradiciones del país en el que nací. Pero las cosas han mejorado. Mi meta no es enviarlas a casarse, sino criarlas como adultos que puedan cuidar de sí mismos”.
Gobena ha llegado muy lejos desde 1980 cuando luchó por sobrevivir, recurrió a vender sus propiedades y desgarró sus propios vestidos para hacerle ropa a los niños. Ahora su orfanato, además de ser un refugio, también es escuela, y educa a más de 700 niños.

Pero ella dice: “No me arrepiento de nada. Dios me ayudó a llegar a este punto. Siempre tendré una gran fe en Dios. Sabía que sobreviviría, incluso vendiendo artículos pequeños junto al camino. Estoy tan feliz porque ninguno de los niños murió, y todos crecieron”.

Fotos del Orfanato y escuela.
External view of the school


1 Response
  1. Samaiaui Says:

    Gracias a seres humanos como esta mujer, miles de niños se han salvado de morir de hambre o enfermos. Es admirable que una persona renuncie a su vida planificada y organizada para darlo todo por los demás.
    Ojalá hubiera más personas como ella.